Mi payasete, la tranquilidad personificada, maestro de las señales de calma. Detrás de su apariencia de “tontín”, sabe muy bien cómo actuar para ganarse a todo el mundo y conseguir lo que quiere. Es un perro muy juguetón, le encantan las carreras y jugar con el mordedor y también es especialista en romper las carcasas de las piñas para comerse los piñones. Hay sólo una cosa que no soporta y es que “toquen” a su manada y amigos. Entonces, se transforma en un lobo para defenderles.
Choco nos permite detectar la falsa agresividad y tratar la agresividad en otros perros. Gracias a él hemos podido rehabilitar a muchos perros con problemas de conducta.