Somos muchos los humanos a los que nos encantan los perros y decidimos compartir nuestra vida con ellos, pero no todos son los que entienden que la responsabilidad de tener un animal pasa no sólo por darle de comer y beber y los cuidados veterinarios, sino que es fundamental informarse acerca de qué es un perro, cuáles son sus necesidades etológicas y qué debo hacer yo como responsable para que mi perro sea feliz y equilibrado.
En nuestra trayectoria como educadoras caninas hemos observado que hay ciertos errores que se repiten en los responsables de los perros y que perjudica a los animales, no por falta de voluntad ni de amor, sino por desconocimiento.
Estos son los 12 errores más comunes que cometen los responsables de perros y sus soluciones:
1) Esperar a que el perro sea adulto para educarlo.
La educación es la base de la buena convivencia, por eso cuanto antes empecemos a educar, mejor. Además, los perros son como los niños, que de cachorros absorben lo que aprenden mucho más rápido y ese aprendizaje es ya para siempre. Además, una buena base de educación, previene futuros problemas de conducta, que de adultos pueden ser más complicados de resolver.
Solución: Comenzar la educación del perro cuando es un cachorro.
2) Exigir al perro una conducta que no se le ha enseñado
¿Podrías escribir un relato en un idioma que no conoces? Pues esto es lo mismo que exigir a un perro un simple “sentado”, si no se le ha enseñado previamente.
Solución: Enseñarle al perro las conductas que esperamos de él.
3) Llamar al perro enfadados y castigarle cuando llega
Si castigamos al perro cuando acude a la llamada, él asociará el castigo con la llegada a su responsable. De esta manera, os aseguráis que la próxima vez el perro tardará más aún en acudir a la llamada o llegará a un metro y medio de vosotros, pero no se dejará coger.
Solución: Premiar siempre al perro cuando viene a nosotros, aunque haya tardado. Informarse de cómo enseñarle al perro una “buena llamada”
4) Meter el hocico en su pis cuando lo hacen en casa
Esta técnica que sigue utilizando mucha gente cuando un perro hace pis o caca en casa, es cruel y humillante para el perro. Si es un cachorro, físicamente no es capaz de controlar su vejiga. Y si es un perro adulto, nos indica que algo no va bien. Puede ser cuestión de estrés, de salud o de malos hábitos aprendidos en su pasado donde, probablemente, ha tenido que vivir en un sitio reducido sin salir y han aprendido a hacerlo donde vivía.
Solución: Si es un cachorro, educarle con paciencia. Si es un perro adulto, consultar con un educador canino para saber qué le está ocurriendo y ayudarle a solucionar el problema.
5) Utilizar el “No” para todo
El perro es capaz de aprender muchísimos comandos diferentes. El “NO” utilizado para decirle al perro que no suba, no baje, no salte, no corra, no tire, no tarde, no muerda…, simplemente le confunde y no le da ninguna información específica.
Solución: Enseñar al perro para que entienda los diferentes comportamientos que queremos y esperamos de él.
6) Cortar los gruñidos, pensando que es una señal de agresividad, cuando es una forma de comunicación
La comunicación es una parte imprescindible de la vida animal. Si no les dejamos espacio para decirnos “no quiero que te acerques más” o “me duele cuando me tocas aquí”, le fomentamos que reaccione en vez de avisar. Por supuesto, el gruñido tiene muchos significados y hay que saber cómo interpretarlos. Si tienes un perro que te gruñe, no dudes en contactar con un profesional.
Solución: Aprender cómo se comunica un perro y cuáles son sus señales para entender lo que nos está diciendo tanto a nosotros como a otros perros y personas.
7) Dar tirones de la correa cuando pasean
El perro sale a la calle con ganas y sabe que se va directo al parque. Así que tira de la correa porque tiene ganas de llegar. Mucha gente cree que dando tirones soluciona esto, pero lo único que puede provocar es un problema en el cuello del perro o incluso una conducta agresiva, ya que el perro asocia los tirones=dolor=algo desagradable que tiene en su entorno en este momento.
Solución: Date tiempo y aprende cómo enseñarle a tu perro a no tirar de la correa y olvídate de los tirones para siempre.
8) Dar a los perros medicación humana sin consultar al veterinario
La medicación humana NO es para perros. Sí, hay medicamentos humanos que EL VETERINARIO te recetará para tu perro, pero es siempre el veterinario quién sabe cuáles son los que a tu perro no le harán daño. Tenlo en cuenta y no le des un ibuprofeno sin más…ya que podrías incluso matarle.
Solución: Nunca mediques a tu perro sin consultar con un veterinario.
9) No reconocer que la conducta indeseada del perro es, probablemente, resultado de un problema del humano
Los animales son muy sensibles ante los cambios de nuestro estado de ánimo. Ellos saben perfectamente cuándo algo no va bien. La mayoría de los problemas de conducta del perro tiene raíces en algún problema de los responsables (estrés, ansiedad, falta de sociabilidad etc.) y nos avisan de ello.S
Solución: Cuando tu perro presente un problema de conducta, sé humilde y revisa tu comportamiento y estado de ánimo, pero no te esperes en contactar con un educador canino también.
10) Olvidar la importancia de la estimulación mental del perro
Imagínate que vivieras en un mundo sin ningún estímulo. Todo el día esperando a que alguien te hable, juegue contigo, te saque de casa… Sin libros, ni ordenadores, ni deportes. Nada que hacer… El perro, igual que nosotros, necesita desgastar su mente. Puedes enseñarle trucos, darle juguetes interactivos, helados en verano, llevártelo a nadar, hacer algún deporte con él… Hay miles de formas de darle a tu perro su “crucigrama diario”.
Solución: Aprende a conocer a tu perro y sus necesidades. Estimula su mente con juegos, aumenta tu vínculo con él, y disfruta de tu gran compañero peludo.
11) Creer que el perro entiende todo lo que le dices y que sabe cuándo ha hecho algo mal
Llegáis a casa, encontráis un cojín destrozado en pedacitos por todo el salón. Os enfadáis y os dirigís al perro. Este agacha las orejas, os mira con ojos tristes, mete la cola entre las patas, puede que se haga pis… Y decís: “¡¡¡¿¿Ves cómo sabe que lo ha hecho mal??!!!”. El perro no entiende lo que le decís. Sólo reacciona ante vuestro enfado, reacciona ante lo que tiene en este mismo momento delante: su responsable enfadado con él.
Solución: Entiende el comportamiento de tu perro y por qué rompe cosas. A veces, es una simple cuestión de aburrimiento y otras, puede haber un problema mayor como ansiedad por separación. Y sea lo que sea, pide ayuda a un educador canino para que te ayude a resolver el problema y que tu perro sea más feliz.
12) Esperar a pedir ayuda a un profesional cuando el perro tiene un problema grave, no cuando empieza a mostrar señales de cambio
Un problema de conducta en un perro no suele aparecer de la noche a la mañana. El perro suele cambiar progresivamente, dando señales de que algo no va bien. Y si no se le pone solución desde el primer momento, en la mayoría de los casos, el problema suele hacerse más grave.
Solución: En cuanto observes un cambio de conducta en tu perro, acude a un profesional. Cuanto más se tarde en ponerle solución, más se agravará y más difícil será resolverlo.